DIGITALIZACIÓN DE PROCESOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Por: Jorge Durán. Secretario Comisión Interamericana de Puertos (CIP)

Impulsados en parte por la política del gobierno y en parte por la inversión del sector privado como socio en el desarrollo, los puertos de América Latina y el Caribe (ALC) han iniciado un proceso de modernización y digitalización para permitirles enfrentar con éxito los desafíos del comercio mundial y, en el caso de la Cuenca del Caribe, el turismo global.

Puertos de 1ª generación son aquellos que simplemente transportan mercancías entre la tierra y el mar, a través de un interior local o regional, sin relación con el entorno socioeconómico del área. Los de 2a generación, también llamados puertos industriales, son centros de transporte y centros de actividad industrial y comercial. Los servicios están limitados a los buques y mercancías. Los de 3a generación incorporan servicios de logística relacionados con la distribución de mercancías, procesamiento de datos y uso de sistemas de telecomunicaciones, y ayudan a generar valor agregado a bienes y servicios. Los de 4a generación son plataformas logísticas con sistemas de seguridad y comunicaciones al más alto nivel tecnológico. También conocidos como puertos en red o puertos inteligentes, se integran en las redes de transporte intermodal (servicio puerta a puerta), es decir, todos los actores de la cadena de suministro están interconectados.

Contar con una Ventanilla Marítima Única (VMU) con todas las transacciones digitalizadas es necesario, pero no suficiente. Aquellos que desean convertirse en puertos de 3a generación o de puertos inteligentes deben apuntar a crear un Sistema de Comunidad Portuaria (PCS) del cual la VMU es solo un componente.

En un Smart Port todos los procedimientos y procesos de los actores del puerto se han digitalizado y están interconectados, es un sistema digital. Los beneficios de la implementación de tecnologías Smart Port pueden tener un enorme impacto, el Puerto de Hamburgo, por ejemplo, planea conectara la gran cantidad de actores del puerto para reducir los costos en las operaciones y la logística y para 2025, le permitirán duplicar su capacidad sin ampliar el puerto en sí.

Sin duda, los puertos de América Latina y el Caribe se encuentran en medio de una nueva fase de modernización orientada a permitir que el transporte marítimo y terrestre avance hacia nuevos estándares de servicio, reduciendo los costos en la cadena de suministro global y, por lo tanto, intentando aumentar la competitividad de su comercio exterior. Las experiencias europeas y asiáticas representan un camino que va más allá de las reformas portuarias y el aumento del transporte marítimo. Representan un camino hacia la transformación de puertos y áreas portuarias en enlaces críticos en la cadena de suministro global, donde elementos como las Ventanillas Marítimas Únicas son solo un elemento en un ecosistema de puertos mucho más grande. En estos puertos digitales inteligentes más completos, la sostenibilidad, la productividad, el servicio al cliente y los bajos costos son los nuevos motores de la competitividad para un comercio exterior globalizado. 

Los puertos de América Latina y el Caribe continúan avanzando. Sin embargo, antes de que puedan lograr un sistema de puerto digital regional y niveles más altos de interoperabilidad tecnológica, integración logística, adaptación al mercado y sostenibilidad, deberán responder a los nuevos desafíos en materia de gobernanza portuaria, tecnologías y facilitación del comercio. Al igual que en otras partes del mundo, las estrategias de mediano a largo plazo de ALC deben contemplar la legislación portuaria y las cuestiones de regulación para infraestructura, tecnologías y prácticas comerciales que aún no se han inventado o implementado. Sin duda, es una tarea desalentadora, pero los gobiernos de los países de América Latina y el Caribe, con el sector privado como socio para el desarrollo socioeconómico, se enfrentan y enfrentan los desafíos de frente.